El escenario de Marenostrum Fuengirola volvió a vibrar este fin de semana con una de sus citas más esperadas de la temporada: el concierto de Myke Towers, que congregó a más de 18.500 personas en una noche de verano anticipada, marcada por el ritmo urbano, la energía colectiva y el sonido del éxito global.
La cita coincidía con el décimo aniversario del recinto, consolidado como uno de los enclaves musicales más importantes del sur de Europa. Y qué mejor manera de celebrarlo que con uno de los artistas más influyentes del panorama latino actual.
Desde primera hora de la tarde, los alrededores del recinto se llenaron de vida. A pocos pasos de la playa, el ambiente festivo se mezclaba con la brisa marina, el aroma a barbacoa y las canciones del puertorriqueño sonando en los altavoces portátiles de los fans más impacientes. “Tenemos la entrada desde que salieron a la venta, y llevamos meses esperando este día”, comentaban emocionados los primeros en llegar.
Un arranque al atardecer y un público entregado
La entrada de Myke Towers al escenario Unicaja coincidió con una imagen de postal: el cielo teñido por los últimos rayos de sol y una marea de brazos alzados recibiendo los primeros acordes de “Reverendo”, el tema que abrió el espectáculo en medio de un estallido de humo y fuegos.
A partir de ahí, la conexión con el público fue total. Con un repertorio cargado de éxitos —“Girl”, “Mírenme Ahora”, “Bandido”, entre otros—, el cantante demostró por qué es uno de los grandes referentes del reguetón contemporáneo, combinando carisma, entrega y un dominio absoluto del escenario.
El momento más vibrante llegó con “LA CAPI”, cuando el recinto entero saltó al unísono, coreando cada palabra. La comunión entre artista y fans fue tal, que en varios momentos Myke se detuvo para agradecer la energía de un público “que nunca falla”, según sus propias palabras.
Una noche para el recuerdo
El cierre del concierto fue tan apoteósico como el resto del show. Con “Playa del Inglés”, “Degenere” y “La Falda”, Myke Towers puso el broche de oro a una velada inolvidable, entre vítores, luces, móviles en el aire y gritos de emoción.
Este nuevo lleno absoluto refuerza la posición de Marenostrum Fuengirola como uno de los grandes polos culturales y musicales del Mediterráneo. En su décima edición, el recinto no solo celebra una década de música, sino también una programación que crece en calidad, diversidad y proyección internacional.
Y Fuengirola, una vez más, demuestra que está a la altura de los grandes escenarios del mundo.